Las rabietas son como pequeñas tormentas emocionales en el mundo de los peques. Suceden, especialmente entre los uno y cuatro años, cuando su cerebro está aprendiendo a ser el capitán de sus emociones. No son actos de rebeldía, sino más bien pequeños S.O.S. emocionales que nos dicen: "¡Hey! ¡Aún estoy aprendiendo a manejar esto!"
Pero aunque sabemos que es una etapa por la que tienen que pasar, y comprendemos que su cerebro aun no sabe gestionar las emociones de otra manera, nosotros los padres y madres, como seres humanos que somos, a veces nos sentimos superados por la situación. Si sigues leyendo, queremos darte algunos TRUCOS PARA NAVERGAR EN LA TORMENTA.
Trucos del para "navegar en la tormenta":
- ¡Ponte tu capa de calma! En el ojo de la tormenta, tu serenidad es el ancla. Si te mantienes tranquilo, le enseñas a tu peque cómo encontrar su propia calma. Gritar solo hace que las olas sean más altas.
- Haz de detective emocional: Usa tu lupa para ver más allá del drama. Al decir cosas como "Parece que te has convertido en un dragón furioso porque es hora de irnos del parque", les ayudas a entender y validar sus sentimientos.
- Dales el timón con opciones: A veces, un poco de poder hace maravillas. "¿Qué prefieres, ponerte primero los zapatos o la chaqueta?" Así, se sienten más en control de la situación, y tú consigues que se abriguen sin convertirlo en una batalla naval.
- Evita los icebergs: Si sabes que ciertas cosas desencadenan esas rabietas, ¡navega por otro rumbo! Esto podría significar hacer la compra cuando no están cansados o asegurarte de que han picoteado algo antes de salir.
- Enseña trucos de pirata para la calma: Aunque sean pequeños, pueden aprender a tomar un respiro o contar hasta diez. Practica estos trucos fuera de los momentos de crisis para que se conviertan en expertos en calmar las mareas. Una cosa que suele funcionar es decirles que levanten su dedo índice e imaginen que es una velita de cumpleaños y la soplen con fuerza tantas veces como quieran.
- Celebra los tesoros encontrados: Después de que pase la tormenta, celebra cualquier joya de comportamiento positivo. Ya sea que usaron sus palabras, eligieron calmarse, o simplemente superaron un mal momento, ¡eso merece un "¡arrr!" de aprobación pirata!
¡Al Abordaje!
Manejar las rabietas con un poco de juego y mucho entendimiento no solo resuelve el momento sino que también equipa a los niños con habilidades cruciales para toda la vida. Como padres, es nuestro divertido deber guiarlos a través de estos retos con paciencia, amor y una buena dosis de humor. Así que, ¡a por ello, valientes capitanes de la crianza!
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